Desde hace tiempo, rondaba en mi cabeza la idea de escribir esta entrada. Lástima que mis obligaciones varias me lo hayan impedido, al menos hasta hoy.
En mi exilio interior, lejos de mi biblioteca, me resulta imposible recurrir a la bibliografía adecuada. Cuan raro se siente un lector lejos de su biblioteca; de ahí que escriba este artículo de memoria, sin citas ni bibliografía; espero que los lectores mas avezados me perdonen el atrevimiento. Al propio tiempo, quizá, ello le de más frescura al texto. Si resulta claro este enmarañado asunto, habré conseguido mi propósito.
Lo primero que es preciso tener muy claro es en qué consiste el nacionalsocialismo. Los nazis pensaban que el mundo se dividía en grupos raciales, cada uno con sus características propias, con relaciones jerárquicas entre ellos. Es decir, había razas superiores e inferiores. La raza "aria", que englobaba los pueblos germánicos, se encontraba en la cúspide de todas ellas. El término ario hace referencia a "noble", esto es, la raza primigenia, la más pura de todas; por contra, el resto de razas se encontraban o bien adulteradas, fruto de su mezcolanza con otras (piénsese en las críticas que vertieron contra los españoles, por su política colonial) o pertenecientes a grupos biológicos inferiores (como los negros africanos)
Para los nazis, los judíos rompen este esquema. Siempre según sus dogmas, los judíos no pertenecen a ningún grupo racial claro. No tenían Estado propio (piénsese que el Estado de Israel nace en 1948, eso sin obviar que su derecho a existir resulta a día de hoy negado por los musulmanes u otros colectivos, que consideran que el verdadero Estado es el palestino) sino que se introducían en estados ajenos, y se "camuflaban" entre la población, adoptando superficialmente sus costumbres, pero sin poder integrarse totalmente, ya que realmente son ajenos a la nación. Son un sujeto internacional, fácilmente trasladable de un grupo a otro, pueden tomar lo mejor de cada uno y al propio tiempo, "pervertir" el grupo originario. El nazismo considera los judíos un elemento desestabilizador. Suponen que el imperio romano fue "contaminado" por la tradición judeocristiana, al igual que la misma supuso lo propio para los cultos paganos y por ende la nación germánica. Años mas tarde, el capitalismo pervirtió las relaciones sociales intranacionales, y éste había sido principalmente impulsado por judíos. La revolución industrial destrozó las relaciones sociales que durante siglos habían regido los grupos nacionales, y una vez mas fue el capital judío el responsable. El liberalismo y los derechos individuales, que debilitaban la nación y la conciencia de grupo racial, no eran más que perversiones al espíritu nacional. El último episodio de este camino lo representaba el marxismo, fruto de un judío, Marx, con su pretendido internacionalismo, y su destrucción total de la tradición germánica y del resto de grupos nacionales
Por todo ello, Hitler consideraba al pueblo judío tan peligroso. En la visión nazi, lo importante era la raza, y las relaciones entre ellas. De ahí que los judíos representasen un obstáculo a este irracional punto de vista; el camino a la causa real del asesinato estaba allanado
En mi exilio interior, lejos de mi biblioteca, me resulta imposible recurrir a la bibliografía adecuada. Cuan raro se siente un lector lejos de su biblioteca; de ahí que escriba este artículo de memoria, sin citas ni bibliografía; espero que los lectores mas avezados me perdonen el atrevimiento. Al propio tiempo, quizá, ello le de más frescura al texto. Si resulta claro este enmarañado asunto, habré conseguido mi propósito.
Lo primero que es preciso tener muy claro es en qué consiste el nacionalsocialismo. Los nazis pensaban que el mundo se dividía en grupos raciales, cada uno con sus características propias, con relaciones jerárquicas entre ellos. Es decir, había razas superiores e inferiores. La raza "aria", que englobaba los pueblos germánicos, se encontraba en la cúspide de todas ellas. El término ario hace referencia a "noble", esto es, la raza primigenia, la más pura de todas; por contra, el resto de razas se encontraban o bien adulteradas, fruto de su mezcolanza con otras (piénsese en las críticas que vertieron contra los españoles, por su política colonial) o pertenecientes a grupos biológicos inferiores (como los negros africanos)
Para los nazis, los judíos rompen este esquema. Siempre según sus dogmas, los judíos no pertenecen a ningún grupo racial claro. No tenían Estado propio (piénsese que el Estado de Israel nace en 1948, eso sin obviar que su derecho a existir resulta a día de hoy negado por los musulmanes u otros colectivos, que consideran que el verdadero Estado es el palestino) sino que se introducían en estados ajenos, y se "camuflaban" entre la población, adoptando superficialmente sus costumbres, pero sin poder integrarse totalmente, ya que realmente son ajenos a la nación. Son un sujeto internacional, fácilmente trasladable de un grupo a otro, pueden tomar lo mejor de cada uno y al propio tiempo, "pervertir" el grupo originario. El nazismo considera los judíos un elemento desestabilizador. Suponen que el imperio romano fue "contaminado" por la tradición judeocristiana, al igual que la misma supuso lo propio para los cultos paganos y por ende la nación germánica. Años mas tarde, el capitalismo pervirtió las relaciones sociales intranacionales, y éste había sido principalmente impulsado por judíos. La revolución industrial destrozó las relaciones sociales que durante siglos habían regido los grupos nacionales, y una vez mas fue el capital judío el responsable. El liberalismo y los derechos individuales, que debilitaban la nación y la conciencia de grupo racial, no eran más que perversiones al espíritu nacional. El último episodio de este camino lo representaba el marxismo, fruto de un judío, Marx, con su pretendido internacionalismo, y su destrucción total de la tradición germánica y del resto de grupos nacionales
Por todo ello, Hitler consideraba al pueblo judío tan peligroso. En la visión nazi, lo importante era la raza, y las relaciones entre ellas. De ahí que los judíos representasen un obstáculo a este irracional punto de vista; el camino a la causa real del asesinato estaba allanado
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